Existen muchos negocios online que van desde pequeños comercios, distribuidores o mayoristas que venden sus productos, hasta empresas que empiezan a comercializar servicios, algo que sin duda es muy interesante. Todas ellas tienen en común el pensamiento de que a través de este medio quizá alcanzarán nuevos clientes, y que con ellos aumentarán los porcentajes de venta. Su idea pasa por ofrecer sus productos o servicios a través de un portal de comercio electrónico.
Viendo muchas de ellas me doy cuenta de que un porcentaje bastante importante, no han realizado ni realizan una planificación estratégica a medio o largo plazo. Piensan que a la hora de su lanzamiento basta con ofrecer lo mismo que ofrecen en el mundo físico, y quizá poner un anuncio en Internet.
La gran mayoría no se dan cuenta que Internet no es el mismo ámbito que el físico, que no actuamos de igual forma en ambos, y que por tanto la estrategia debe ser distinta. Cómo trabajamos en el medio físico y cómo trasladarlo al medio Internet, es uno de los puntos clave.
Observando a muchas de las tiendas online actuales en España, se nota que también piensan que en Internet es mejor no invertir demasiado dinero, a no ser que las empresas de desarrollo se hayan columpiado en el presupuesto ofertado. Aún hoy se gastan 100.000 euros en adecuar un local comercial con sus costes adicionales de alquiler y personal, y piensan que gastar 20.000 en una tienda online es una exageración. Asombra comprobar como muchas de las empresas creen que es más seguro invertir y arriesgar en una tienda física que en una tienda online.
Si queremos desarrollar una tienda online con garantías de éxito, podemos dar algunas recomendaciones a parte de invertir el tiempo y dinero necesarios:
- Se debe pensar en una planificación estratégica a un año.
- Investigar otros mercados y precios puede ser algo realmente extraordinario. No tengamos miedo a salir de nuestras fronteras.
- Se debe pensar en ofrecer un buen diseño, una buen imagen y una experiencia de navegación óptima.
- Se debe pensar en quienes son nuestros potenciales clientes, cuales son sus ámbitos de acción, cuales sus posibles impulsos de compra, y porqué no, cómo llegar a sus emociones.
- Se debe pensar como adecuar la venta aunque el producto o servicio sea el mismo, y ofrecerlo si es posible de otro modo. Pensar cómo nuestros posibles clientes se desenvuelven, que no es lo mismo que en el medio físico.
- Se debe pensar como establecer mecanismos que trasladen confianza y seguridad a los usuarios, y no solo desde el punto de vista profesional en términos generales, sino también de los servicios o productos ofrecidos.
- Se debe pensar en una política de precios adecuada y en disponer de un estrategia logística en el caso de la comercialización de productos. Llegamos a mercados mucho más amplios y qué es mejor, ¿llegar a pocos o quizá a nadie con amplios márgenes, o llegar a muchos con menos márgenes?.
- Se debe pensar en una estrategia completa de marketing online, tanto en publicidad como en redes sociales, así como otros medios disponibles susceptibles, que nos permitan potenciar nuestra marca y profesionalidad en el conocimiento de los productos o servicios que ofrecemos.
Una vez la tienda online haya ganado clientes es hora de seguir evolucionando: hay que fidelizar a los actuales clientes, hay que conseguir viralidad a través de nuestros propios clientes, y se debe pensar en cómo seguir potenciando nuestra marca/productos/servicios.
En términos generales creo que lo que llevan a muchas empresas a no invertir o invertir poco en proyectos de comercio electrónico, como una herramienta más para incrementar sus ganancias, es la falta de conocimientos en Internet, de idiomas para salir a mercados exteriores, al desconocimiento en marketing digital, a la actualización del stock en tiempo real, la confianza en la forma de pago, así como el envío de los productos. Saber que para todo ello existen herramientas que nos permiten salvar todos estos supuestos problemas. Imposible solo es aquello que nosotros mismos creemos imposible, solo lo vemos imposible hasta que llega otro y lo hace.