Hay muchas tiendas de comercio electrónico que no terminan de despegar por culpa de una mala política con respecto a las imágenes del catálogo.
En internet los clientes están limitados en sus sentidos. No pueden tocar, levantar, oler, sentir al tacto… El único sentido a su disposición para percibir el producto es la vista y en algún caso el oído. Por lo tanto, si no somos capaces de convencer con buenas fotos va a ser realmente difícil vender salvo que ya conozca el producto y el cliente está haciendo una búsqueda del mismo a precio.
Algunas claves para un buen trabajo fotográfico:
- Presentar el producto claramente identificado, sin excesivos adornos.
- Mantener una línea fotográfica única para todo el catálogo. Misma iluminación, fondos, etc.
- Permitir zooms en los que se pueda identificar la textura de los materiales.
- Mostrar varias fotos de los productos desde distintas perspectivas.
- Mostrar fotos de aplicación del producto. Ejemplo de un cuadro como queda en el salón.
Y por supuesto nuestro consejo es contar siempre para esto con un fotógrafo profesional. Hay una diferencia abismal entre una foto de un profesional y una foto de un aficionado, por muy buena cámara que tenga.