Tantas veces mencionada, mucha gente se sigue preguntando qué esto y para qué sirve.
Podemos decir que la usabilidad de un sitio Web no es más que procurar que lo que el usuario tiene delante funcione como él espera que lo haga, sin necesidad de que piense, guiándole, aunque sea él quien guíe. Es decir que la acción ejecutada sea la misma que la que él espera.
Si logramos este primer paso, y a esto le añadimos el uso de los mismos lenguajes de los usuarios, a sus gustos, conseguiremos que lleguen a su objetivo, sin esfuerzos, de una manera fácil. Con ello habremos conseguido también el nuestro.
Esto es lo que hace que muchas Web sean bien valoradas y consigan conversión en el caso del proyectos de tiendas online: no solamente fácil de usar, sino también utilizar el lenguaje del usuario, lograr su interacción, es entonces cuando nuestro producto destacará sobre los demás.
Dependiendo del sector y su tipo de cliente, es necesario adaptar ambas premisas para lograr el objetivo de usabilidad. Es importante pensar en la fase inicial de un proyecto, ejecutar un buen diseño centrado en el usuario.
Un sitio web bien construido es aquel en el que has conseguido quitar todo lo posible, todo lo superfluo. Un sitio donde tengas pocas dudas sobre si podrías eliminar más cosas. Parece una tarea fácil, pero cada vez resulta más complicado porque no dejan de salir funcionalidades que la gente considera el último grito y al final no pasan de ser una mera moda pasajera que no son utilizadas en la mayoría de los casos. Para simplificar es necesario eliminar.