Cuando se trata de hacer una valoración económica de un proyecto tenemos siempre que intentar evitar elementos subjetivos. Las valoraciones económicas externas, el traslado de coste horas, las patentes bien protegidas, el valor económico de los dominios si se trata de un proyecto de internet, son elementos perfectamente valorables monetariamente y un valor perfectamente utilizable a la hora de hacer un reparto de participaciones justo.
Podemos enfocar la valoración de un proyecto de dos formas:
– En función del balance previsto del proyecto. En este punto tendremos que realizar estimaciones de flujos de caja del negocio y podremos utilizar funciones financieras que nos ayuden tanto a ver la viabilidad como el valor económico del mismo. Conceptos como «valor actual neto» (VAN), «índice de rentabilidad» (IR), «tasa interna de rendimiento» (TIR), «tasa interna de rendimiento modificada» (TIRM), «plazo de recuperación» …
– En función del trabajo destinado y la inversión inicial. En este caso se trata de poner por un lado todas las inversiones necesarias para poner en marcha el proyecto y añadirle tiempos de implantación con coste hora de la puesta en marcha de cada uno de los socios. Para estipular costes hora justos lo mejor es consultar a cuanto se está cotizando en el mercado esa labor. No es recomendable añadir partidas presupuestarias a más de 1 año porque desvirtuaría el valor del proyecto hacia arriba.