En este momento que nos ha tocado vivir, muchas pequeñas empresas siguen siendo escépticas en lo referente a la búsqueda de nuevas formas de comercializar y vender. Dejan escapar o pasan por alto los nuevos canales que las tecnologías les ofrecen. Una sociedad cada vez más compleja que necesita evolucionar metiendo la “sexta marcha”, muchos no son capaces de asimilarlo a estas velocidades, o quizá es que los árboles no les dejan ver el bosque.
Hemos gestionado y desarrollado proyectos de negocio online intentando aplicar en ellos lo que es de cajón, trasladando los actuales modelos de negocios tradicionales para dotarlos de sentido en el medio Internet. Los resultados cuando menos son sorprendentes.
Otras pequeñas empresas con su “vamos a ver que pasa” cambian totalmente el “chip” implantado, sustituyéndolo por nuevo, más moderno y dinámico, que les ofrece otra visión de la que hasta ahora tenían. Son los que actualmente meten esa “sexta marcha” y ven necesario evolucionar, adaptarse a los nuevos tiempos y más aún, estar en la línea de los que han de llegar.
Gracias a la puesta en marcha de negocios online logramos romper las barreras geográficas y temporales, incluso intermediarios, proporcionándonos una reducción de los costes en la empresa y por tanto una reducción en los precios de venta de los productos o servicios ofrecidos. Por otro lado y en relación a esto nos encontramos con que al reducirse los costes, puede aumentar la competencia entre empresas del mismo sector, pero es necesario tener en cuenta el amplio mercado que se nos presenta.
Para llegar a muchas personas y ofrecerles el producto o servicio que quieren comprar, es prácticamente imposible desde una tienda tradicional y habrá que optar por crear un negocio en Internet. También es cierto que sigue habiendo compradores que prefieren ir a la tienda para ver, tocar y probar el producto antes de comprar. Las tiendas online pueden satisfacer esta necesidad con imágenes de calidad que muestren diferentes vistas del producto, vídeos que dejan ver todas los detalles del producto en funcionamiento, del servicio ofrecido, etc.
Que una tienda tradicional con un amplio catálogo de buenos productos y precios, continúe esperando que el comprador entre por su puerta, es demencial. Que un pequeño y agradable hotel no disponga su entrada de clientes con un pequeño sistema de reserva online, es actualmente increíble. Que una empresa de servicios no facilite las gestiones de sus clientes, es de neandertales.
Vemos y veremos en este periodo la desaparición de muchas empresas, esperemos que haya otras tantas que comiencen a nacer o a resurgir.
Los que ya corroboramos los negocios online como una realidad, debemos estar dispuestos a ayudar, a sugerir y a adaptar a las empresas, ofreciendo proyectos integrales y profesionales de presencia en Internet y además con costes razonables, asequibles, donde todos ganemos.
Se acabó el ejecutar una simple página Web o página de comercio electrónico con la idea del cliente, sin sugerirle propuestas que le ayuden, y con ello pretender además un elevado beneficio. Tenemos que lograr que sus productos o servicios lleguen a este gran mercado, sin miedos, con ambición, con estrategias eficientes, con un plan de proyecto, y con todo ello seguros del éxito.